Te dejamos dos consejos que debes tomar en cuenta

 

El momento más común para que surja una alergia al sol es la primavera. Con algunas formas como el acné de Mallorca, los primeros días y horas de sol son críticos. Una vez que la piel se ha acostumbrado a los rayos del sol y está un poco prebronceada, los síntomas también desaparecen. Este no es el caso con todas las alergias al sol, pero es recomendable no chisporrotear al sol, incluso si la protección solar es correspondientemente alta. Lo que nos lleva al segundo consejo.

Bueno, no hace falta decirlo, especialmente si hay experiencias con reacciones al sol, hay que tener cuidado. Ayuda a cubrir la mayor cantidad de piel posible con textiles (preferiblemente aquellos con protección contra la luz incorporada). Las áreas expuestas a la luz deben estar protegidas contra el sol de manera confiable. Por supuesto, nunca debe volver a utilizar el mismo producto con el que ya ha tenido problemas. Dado que no es tan fácil elegir la protección solar adecuada para las personas con alergia al sol.

 

Tanto los rayos UVA como los UVB pueden provocar alergias al sol. Es importante que el protector solar proteja contra ambos rayos del sol. 

 

Los síntomas y las causas de una alergia al sol son tan diversos que incluso la medicina ha perdido el rastro. Si aparecen enrojecimiento, granos o pústulas después de tomar el sol, se recomienda precaución. En primer lugar, entonces es importante evitar el sol. Por lo tanto, es importante la protección textil a través de ropa, sombreros para el sol, gafas de sol, etc.

Las áreas de la piel que no se pueden cubrir deben protegerse con protector solar. Filtros UV minerales, como B. Óxido de zinc y dióxido de titanio. Sin embargo, también existen filtros químicos compatibles. Estos tienen la ventaja de que no se vuelven blancos y no se acumulan en la capa córnea.